Inspira de manera Profunda y Resistida

Extracto de la editorial de la Revista de la Asociación Americana del Corazón

(JAHA) en relación al estudio reciente sobre el Entrenamiento de la Fuerza Muscular Inspiratoria (IMST), la hipertensión arterial y otros efectos.

La respiración afecta directamente al sistema cardiovascular, siendo la disnea uno de los síntomas de la insuficiencia cardíaca congestiva. Del mismo modo, pacientes con enfermedad pulmonar estructural, a menudo desarrollan hipertensión arterial pulmonar y consecuentemente insuficiencia cardíaca derecha.

Los centros de control de pulso cardíaco, tensión sanguínea y respiración están alineados muy próximos entre sí a nivel del tronco cerebral.

La respiración puede ser terapéutica, desde el simple «respira profundamente», a técnicas meditativas de antiguas tradiciones y hasta estudios que muestran que programas de respiración profunda pueden reducir la ansiedad, majear el dolor, disminuir la glucosa en sangre y disminuir la tensión arterial. Los pacientes con enfermedad pulmonar y apnea del sueño también pueden beneficiarse del IMT.

En ejercicio a alta intensidad, jóvenes sanos pueden ventilar 100l/min, habiéndose registrado flujos ventilatorios de 250l/min en remeros de élite. Lo que requiere un trabajo sustancial y su correspondiente aporte sanguíneo para los músculos respiratorios.

Objetivo de ejercicio

Por lo que la pregunta que corresponde es si pueden ser los músculos respiratorios un objetivo de ejercicio. ¿Y cuál es la frecuencia, intensidad y duración requerida para generar adaptaciones de base al ejercicio?

El estudio desarrollado por Craighead y col. Utilizó 30 respiraciones, 5 series de 6 repeticiones, al 75%PIM, durante 6 semanas, 6 días a la semana, con 1 min. de descanso entre series.

Los resultados obtenidos de disminución de la tensión sistólica (9mmHg), mejoría de la función endotelial (45%), mejoría en la biodisponibilidad del óxido nítrico, así como especialmente la función endotelial en mujeres postmenopáusicas con deficiencia de estrógenos que no suelen mejorar su función endotelial mediante ejercicio físico reflejan la eficacia de la intervención.

Nuevas cuestiones

Estas observaciones presentan nuevas preguntas como:

– ¿cual es la combinación de intensidad, frecuencia y duración de entrenamiento IMST que evoca cambios en la musculatura respiratoria?

– el ejercicio mejora la glucosa en sangre y la sensibilidad a la insulina. ¿Puede mejorar el IMST estos parámetros en sujetos sanos, en diabéticos o en personas mayores también?

– además de la función endotelial, el entrenamiento puede mejorar el control barorreflejo y la variabilidad de la frecuencia cardíaca. ¿evocará el entrenamiento respiratorio estos cambios también?

– el entrenamiento puede ser útil en el tratamiento de la depresión, lo será también el entrenamiento de los músculos respiratorios (EMR)?

– finalmente, cuales son las mejores vías de estudio e incorporación del EMR a los programas de actividad física para pacientes con problemas de movilidad, limitaciones de tiempo y otras barreras habituales hacia los programas tradicionales de ejercicio?

J Am Heart Assoc. 2021;10:e022203. DOI: 10.1161/JAHA.121.022203

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